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23 diciembre, 2014

Lograr involucrarse con el otro

En San Nicolás, la actividad del Día de Hacer el Bien se focalizó en refaccionar el Hogar Infantil El Amanecer, ubicado en la periferia de la ciudad, donde ya se habían comenzado tareas de pintura e hidrolavado de paredes. 

Juan Mores, analista de Expedición de Logística de Loma Negra, vivió la experiencia de ser voluntario durante la última edición del Día de Hacer el Bien. A casi dos meses de ese día aún le dura la emoción que sintió ese domingo. “Se nos pasó la hora de la comida y nadie paró ni a tomar mate. Estaban todos muy comprometidos, se notaba que hacían las cosas porque lo sentían”, enfatiza.

A los treinta voluntarios externos y siete internos se sumaron un grupo grande de universitarios que realiza voluntariados en la zona, además de los contratistas de la compañía y donaciones que recibieron para acompañar esta jornada. Durante la actividad, se realizaron tareas de pintura en rejas, cerco perimetral y cuatro  habitaciones del edificio.

Ya con varios años integrando este desafío de dar lo mejor y siendo el más antiguo del grupo del CIVICO, Miguel Albornoz, Ramallo (1)coordinador de Logística de Planta Ramallo, relata su experiencia en el Hogar el Amanecer, donde cuidan a más de 70 chicos abandonados  o rescatados por la justicia de sus hogares para brindarles una mejor calidad de vida. “Había chicos de todas las edades, desde bebitos hasta adolescentes, sus ojos brillaban de felicidad por el simple hecho de vernos llegar, aún sin saber a qué íbamos. Les contamos que pintaríamos su casa y recuerdo que una de las niñitas se abrazó a mi pierna y me pedía “pinten mi piecita, señor”, piecita que compartía con otros chicos. Le dije que se la dejaríamos hermosa y me regaló una sonrisa especial que aceleró el motor del querer arrancar ya”, recuerda hoy emocionado.

Cada sector tenía a cargo un responsable para que la tarea fuera más segura y fructífera, y hasta terminar el objetivo propuesto no pararon. Claudio Caballero, trabaja en Iscot, empresa contratista de Loma Negra, y apenas se enteró de la jornada decidió anotarse junto con su mujer, Rocío. “Pasamos un día hermoso, es una experiencia gratificante y aprendimos a valorar la familia”, asegura Claudio, que junto a Rocío, estuvo pintando el interior y exterior del edificio y asegura que el afecto que le brindaron esos chicos no se lo olvida nunca más.

 Ramallo (2)“Como reflexión final quiero decir que no existe uno mejor que otro, todos los Día de Hacer el Bien han sido increíblemente hermosos y nos vienen dejando enseñanzas y aprendizajes nobles. Vi en cada una de estas movidas solidarias que hasta el más duro abrazó con gusto la causa. Este es un camino que no tiene desperdicio, el camino de la sabiduría de ser solidarios”, finaliza Miguel.