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22 noviembre, 2016

Promover el consumo

Desde 2012, Fundación Loma Negra en alianza con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria –INTA- y la Universidad Nacional de Río Cuarto, llevan adelante un programa de capacitaciones para impulsar emprendimientos porcinos en la zona de El Alto, Catamarca.

 

Fundación Loma Negra lleva adelante un programa de emprendimientos porcinos en alianza con el INTA y la Universidad Nacional de Río Cuarto desde 2012, año en que comenzaron a capacitar a emprendedores para darles mayor impulso y crecimiento en sus ventas.

 

Además de las capacitaciones brindadas por técnicos del INTA, el programa consiste en un fondo de inversión rotativo: cada emprendedor recibe diez vientres y un padrillo y luego de un período determinado lo cede a otro emprendedor. “Después de 3 años y medio, este fondo de inversión rotativo acaba de trasladarse a otros nuevos cuatro emprendedores, que luego del curso y acompañamiento tendrán que devolver lo que se les brindó”, explica José Luis Labella, encargado de llevar adelante el programa desde el CIVICO Catamarca. Para asegurar la calidad de los porcinos, fue la Universidad Nacional de Río Cuarto quien proporcionó los vientres y padrillos de su cabaña de cerdos.  ??????????

 

Si bien estos cuatro emprendedores conocían el tema por experiencia en sus campos, los cursos están orientados a la cría de ganado, sanidad, alimentación, vacunación, manejo de rodeo, entre otros temas. “Desde el INTA, nos sumamos a este programa por invitación de Loma Negra, que de otra manera, no hubiéramos podido lograrlo por falta de recursos. Hoy ya llevamos más de 10 capacitaciones en dos años”, asegura Diego Cabrera, técnico y capacitador del organismo. El objetivo principal de las capacitaciones, que duran entre 4 y 6 horas cada una, es darle valor agregado a la carne que se considera de descarte, dado que al transformarse en chacinados tiene más demanda que un embutido.

 

??????????Uno de los emprendedores con más empuje es Patricio Luna, que  a fines de 2013 recibió los animales y se lanzó con su emprendimiento en el Paraje La Pampa, ubicado a 10 km de El Alto. “Nos dieron diez madres, un padrillo y 600 kg de alimentos. Construimos dos corrales y así comenzamos vendiendo lechones y con el tiempo capones”, recuerda y agrega: “Hoy trabajo con 25 madres y 120 capones, tengo 6 corrales de engorde, 6 de estación, 6 parideras y 3 corrales para padrillos, además de un galpón para almacenamiento de alimentos y un depósito de agua con capacidad para 8.000 litros”, comenta orgulloso. Para abaratar costos, Luna sólo compra la mitad del alimento para el ganado, la otra mitad la prepara él mismo.

 

 

Para obtener mayores beneficios en ventas y abastecer al mercado, los emprendedores formaron la Asociación de Criadores de Cerdos, ya próxima a recibir la personería jurídica, y de la que Luna es Presidente. “Ahora vendo alrededor de 35 capones por mes y tenemos propuestas para suministrar a frigoríficos pero como individualmente no podemos nos asociamos”, explica Luna, que además, trabaja en todo el proceso de la cadena, ya que tiene una carnicería en El Alto.

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