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Institucional
15 febrero, 2016

Formar en oficios

El CIVICO Catamarca busca generar capacidades instaladas en la comunidad de Frías, Provincia de Santiago del Estero, a partir de la formación en oficios con el objetivo de contribuir al desarrollo técnico-profesional de los jóvenes.

Bajo los programas “Aprender II y Aprender III: oficios para la vida”, se realizaron los cursos de formación en oficios que tienen como objetivo contribuir al desarrollo técnico-profesional y social de los jóvenes de la ciudad de Frías, Santiago del Estero. De esta manera, se brindó formación en soldadura, albañilería, instalaciones sanitarias y de gas; refrigeración y aire acondicionado, gastronomía y diseño de moda. Además, los voluntarios de Loma Negra ofrecieron talleres de inducción sobre seguridad e higiene en el trabajo.

“Aprender III fue la continuación de estos cursos por la gran demanda que había en los jóvenes de reforzar los conocimientos que habían adquirido en las ediciones anteriores. Con lo cual generamos un segundo nivel, más avanzado y específico”, explica Natalia Villavicencio, Técnica de Proyecto por Fundación Loma Negra.  En el caso del curso de  diseño de moda, la segunda etapa se transformó en confección de vestidos de fiesta y disfraces, así como también el de soldadura tuvo un segundo nivel más práctico y el de gastronomía, la especialización en repostería.

??????????Con casi 200 alumnos entre las dos etapas, el curso fue una gran motivación para todos, y hasta se incorporaron chicos de 16 años. “Cabe destacar la gran demanda de los chicos como salida laboral y la contención por parte de los instructores nuevos, que logran que los alumnos se apropien del lugar”, señala Villavicencio.

En la Escuela Superior de Especialidades Nº2 Carmen Catren se dictaron los cursos de indumentaria laboral y refrigeración, con una duración de tres horas, dos veces por semana. “Es la primera vez que participamos y es muy positiva la experiencia, se formaron grupos humanos muy buenos, tanto que los alumnos no querían irse de la escuela”, comenta Marcela Contreras, coordinadora de los cursos de la escuela a la que asisten 700 alumnos. Con una matrícula regular de 20 estudiantes por curso, algunos en situación de riesgo, Marcela destaca la predisposición de los jóvenes para aprender. “Elías, uno de los alumnos, viajaba 60 km para llegar al curso, por otro lado, varias mujeres se hicieron sus trajecitos para ir a sus trabajos y, una señora confeccionó el vestido de los 15 para su hija”.

También fue la primera experiencia como instructor para Javier Barrionuevo, quien quedó muy satisfecho con los resultados del curso de refrigeración. “La primera etapa fue teórica donde les brindamos herramientas sobre la materia. Pero en el segundo nivel, ya más elevado, se profundizaron las prácticas y los chicos quedaron muy entusiasmados”. Allí los alumnos realizaron un trabajo de reconversión de una heladera en desuso: la parte de arriba la utilizaban como conservadora y a la parte de abajo le colocaron un sistema no frost a control remoto que se iluminaba con LED. Además, aprendieron a realizar mantenimiento de aire acondicionado, calefactores y diferentes electrodomésticos. “Al momento de aceptar ser instructor lo pensé mucho porque no tenía tiempo, luego de esta experiencia sé que es un curso que no quiero dejar de dar ya que le cambia la realidad a los chicos que asisten”, concluye Barrionuevo.